"... Por haberse, pues, estas canciones compuesto en amor de abundante inteligencia mística, no se podrán declarar al justo, ni mi intento será tal, sino sólo dar alguna luz (en) general, pues Vuestra Reverencia así lo ha querido. Y esto tengo por mejor, porque los dichos de amor es mejor dejarlos en su anchura para que cada uno de ellos se aproveche según su modo y caudal de espíritu, que abreviarlos a un sentido a que se no acomode todo paladar. Y así, aunque en alguna manera se declaran, no hay para qué atarse a la declaración; porque la sabiduría mística -la cual es por amor, de que las presentes canciones tratan- no ha menester distintamente entenderse para hacer efecto de amor y afición en el alma, porque es a modo de la fe, en la cual amamos a Dios sin entenderle."

San Juan de la Cruz

(Del prólogo al Cántico Espiritual)

El Norte de Castilla 2015


El Norte de Castilla - 03.10.15

52/CULTURAS                   -                                                         EL NORTE DE CASTILLA . Sábado 03.10.15

Y la palabra se hizo música

Amancio Prada estrena en Madrid sus “Canciones del alma” para conmemorar el V Centenario de Santa Teresa

::EMILIANO ALLENDE

MADRID. Será difícil volver a unir con tanta pasión contenida a Juan de la Cruz y Teresa de Ávila como lo hizo ayer Amancio Prada. Y quien podía hacerlo sino él. Desde que en 1970 empezara a seguir las huellas del “Cántico espiritual”, hasta hoy, no ha dejado de profundizar con toda su alma en el alma de San Juan de la Cruz. Y es a esa música presa y callada a la que Amancio Prada ha puesto en libertad, para regocijo de todos los que nos rendimos a su dicción perfecta, su aterciopelado timbre y su capacidad expresiva. Amancio ha unido, además, las palabras de Teresa, para completar estas “Canciones del alma” a las que el compositor Fernando Velázquez ha contribuido de manera notable.
Y la palabra se hizo música. “A dónde te escondiste amado” fue el comienzo suave del coro para dar paso a la voz del cantor que hizo la primera demostración de su amplia tesitura al rematar felizmente en el agudo. Se percibían ya las primeras incursiones de la orquestación respetuosa que Fernando Velázquez iba a desplegar a lo largo de todo el concierto. Llegó uno de los grandes momentos, una progresión muy atrevida en “Apártalos amado”. Y en esa instante de “La música callada y la soledad sonora”, Amancio se unió al concertino para dejarnos su huella sensible. Los arreglos de Velázquez dejaron espacio para trompas, flautas y cuerda mientras el coro guardaba un delicado equilibrio en los fraseos del cantante.
Y llegó el estreno absoluto de “Teresa de Jesús, esposa de la canción”. El inquietante comienzo de la orquesta dio paso a la intervención del cantante junto al coro en la bellísima “Quien a Dios tiene nada le falta”. El  momento de máxima exaltación lo logró con “Ya toda me entregué “, para acercarnos a la esperada “Vivo sin vivir en mí”, en la que el cantante deja sin resolver la frase final, que resume el contenido de “muero porque no muero”.
Tras una ovación de varios minutos, el cantante regalo una de sus primeras canciones de amor y finalizó con “Libre te quiero”, con el público puesto en pie. Es imposible ya separara a Amancio Prada de los dos grandes místicos universales. Juntos forman un tríptico eterno.